Desde que yo recuerdo, la comunicación siempre me la explicaron de forma simple con un modelo básico que decía que era un proceso en donde un emisor enviaba un mensaje a un receptor a través de un medio y que para que se cerrara el ciclo y se cumpliera el proceso se requería que hubiera retroalimentación. Hasta aquí suena muy simple y para mi mente de ingeniero se completaba el conocimiento. Pero habiendo pasado más de la mitad de mi ciclo de vida me he dado cuenta de que la comunicación no tiene nada de simple.
Dicho esto, les platico que me di a la tarea de visualizar qué factores intervienen en este proceso específicamente entre personas (porque la comunicación se da entre animales, plantas, máquinas y otros entes).
Respetando el modelo inicial emisor-receptor (considerando solamente dos individuos), incluí varios aspectos al mismo, los que detallo a continuación:
1. La intención-estímulo. Y me refiero no solamente a la que tiene el emisor al enviar el mensaje sino a la del receptor al participar en el proceso. Al comunicarnos lo que buscamos es obtener una reacción del otro u otros, misma que se ve reflejada por la retroalimentación que recibimos en relación al mensaje o información más el estímulo que emitimos. Pero lo que queremos que pase no necesariamente es lo que el otro quiere que suceda ya que no siempre el estímulo enviado es el recibido. ¿Por qué de la diferencia? Se entenderá mejor con el siguiente punto.
2. Los marcos de referencia y la interpretación. Los marcos de referencia son el conjunto de valores, experiencias, conocimientos, edad, género, nacionalidad, nivel socioeconómico y demás características de las personas que condicionan su forma de pensar, sentir, hablar y responder. Podríamos decir que nos estamos refiriendo a nuestro software con el cual interpretamos los fenómenos del entorno. Si decimos que la intención del emisor es “A” dada su programación o marcos de referencia, cuando llega al receptor, éste le dará significado de acuerdo a lo que él o ella traen en su cabeza y debido a ello responderá (tomemos en cuenta que una no acción o no respuesta es al final una respuesta).
3. El entorno. Cualquier proceso de comunicación puede variar dependiendo de las condiciones del entorno en que se desarrolle. No importa que todo lo demás quede “ceteris páribus” o sea sin cambio. Ejemplo de ello es el caso típico del individuo que conoce a otra persona en un centro nocturno (el lugar en donde hace que se cumpla aquel conocido refrán “en la noche todos los gatos son pardos”) y la ve como un ser incomparable, mágico, tierno, hermoso, etc. y que además accede a todas las peticiones. Si este mismo proceso de comunicación se da en un lugar diferente, digamos un restaurante al medio día, quizá esas mismas personas se darían cuenta que el otro es totalmente lo opuesto a lo que estaban buscando y para lo que lo estaban buscando. Inclusive aún y con condiciones adecuadas de luz, el ruido y otros aspectos del entorno pudieran causar interpretaciones diferentes a las esperadas. De hecho en el modelo tradicional se menciona el “ruido” como una barrera que está presente en el proceso de comunicación y que puede afectar a la misma.
4. Los procesos simultáneos. Si bien dijimos que la comunicación es un proceso en donde…..(bla, bla, bla), a mí nunca me dijeron (al menos que lo hayan hecho en un entorno que no me permitió escucharlo) que al tener una comunicación con otro, al mismo tiempo teníamos procesos alternos (simultáneos) con esa misma persona. ¿A qué me refiero? Imagine el lector la siguiente situación (los personajes como en todos los relatos son ficticios y cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia):
Un atractivo galán está tratando de establecer una relación con fines puros y sinceros con una hermosa morena que acaba de conocer en un restaurante a medio día y con música tranquila de fondo (para decir con esto que el entorno es adecuado).
Él – Hola, eres hermana de julio ¿verdad? (“se me quedó viendo a los ojos, creo que ya me está dando entrada).
Ella – Hola, así es. Y tú ¿de dónde conoces a mi hermano? (“se me olvidaron los lentes, no le alcanzo a distinguir bien la cara, Creo que es uno de los desagradables amigos de mi hermano”).
Él – Pues estudiamos juntos en la universidad y seguido salgo con él a reuniones (“creo que no me ha reconocido de la última borrachera que agarramos así que estoy fuera de peligro”)
Ella – (“creo que se parece al borracho que rompió la ventana de la casa”) A qué bien, ¿A cuáles reuniones lo acompañas? ¿A las de juerga o las académicas? (me está dando comezón en la cabeza, creo que se me subió un bicho”)-
Él – (“Creo que ya la hice porque se está tocando el pelo y eso quiere decir que le intereso”, “además me parece que es más bien intelectual, si no no me hubiera dado la segunda opción”) A las académicas por supuesto. De hecho estuvimos en la presentación de la Universidad ante el rector (“Voy a copiar sus movimientos para hacer Rapport. Dicen que con eso me verá como alguien que se le parece”)
Ella – Ah, qué bien. Dicen que estuvo muy interesante, hasta que unos borrachos entraron a hacer desorden (“que extraño, parece un mimo de la calle haciendo lo mismo que yo. Voy a jugar un rato con él haciendo movimientos extraños para ver qué hace”)
Enfriando esta imagen, les pregunto ¿cuántos procesos de comunicación detectaron? ¿Solamente uno? La verdad es que hubo varios.
El primero fue el que sostenían con la comunicación verbal.
El segundo el que se dio al estar leyendo la comunicación no verbal del otro.
El tercero cuando se mandaban mensajes ocultos no verbales.
El cuarto cuando cada uno de ellos hablaba consigo mismo. En total, en una conversación uno a uno se pueden dar alrededor de 12 procesos simultáneos (¡¡¡AL MISMO TIEMPO!!!) y si me apuran, hasta 14.
Hagan la cuenta de las posibilidades cuando se dan procesos de comunicación tomando en cuenta el consciente y el subconsciente de cada participante (si tienen duda, mándenme un correo para hacerles la cuenta y platicar más al respecto).
Si esta cuenta la hicimos con la comunicación entre dos personas, imagínense entre más. Así que para mí no hay dudas, la comunicación entre personas es un proceso bastante complejo y queda mucho por estudiar y mejorar. Por lo pronto y como profesional dedicado a ayudar a otros en la mejora de habilidades suaves (yo diría que bastante duras), les puedo confesar que a mí me sigue costando trabajo entender algunas cosas aunque sigo siendo mi principal individuo de investigación.