¿Se han preguntado alguna vez por qué el ser humano está tan increíblemente “limitado” para sobrevivir por su cuenta por bastantes años hasta alcanzar cierto nivel de madurez a diferencia de otros animales, y tan “dependiente” por gran parte de nuestra vida (y tristemente en algunos casos en toda ella)?Una de las razones principales es que como los seres más desarrollados cognitivamente hablando, requerimos de mantenernos con la “manada” o “el clan” por un buen período de nuestras vidas para asimilar todos los conocimientos que nos transmitimos mediante la interacción directa con nuestros similares. Muchas de las funciones de nuestro cerebro son básicamente sociales llevando a los seres humanos a desarrollarse y realizarse siempre en el seno de la sociedad humana.
Si tomamos en cuenta la manera en que nuestro cerebro trabaja, entenderemos que logramos más en grupo que de forma individual, como dice aquella máxima: “Todos somos más inteligentes que uno solo”. Adicionalmente, existe una razón importante para que invirtamos tiempo en la parte social, más allá de enterarnos de rumores o para escondernos en el montón, el cerebro se desarrolla, cognitivamente hablando, mediante la interacción social, especialmente aquella que representa un reto.
De acuerdo al estudio que realizó el doctor Oscar Ybarra, Profesor de Psicología de la Universidad de Michigan (entre otros puestos e instituciones en donde se ha desempeñado), titulado “Ejercicio mental mediante la simple socialización” se demuestra la relación causa-efecto entre la interacción social y la mejora del área cognitiva. Si tomamos en cuenta lo anteriormente mencionado y lo conjuntamos en una metodología para el desarrollo profesional de las personas, encontramos los Grupos de Codesarrollo Profesional (GCP) En los GCP se combina lo que el doctor Ybarra comenta al hablar de la estimulación cognitiva a través de la interacción: a) Son grupos cuyos integrantes están comprometidos y motivados por un objetivo; b) Los participantes intentan “leer la mente y ponerse en el lugar del otro”; c) Tratan de entender los puntos de vista de los otros; d) Tienen algún control de la conversación a través de la aportación de comentarios y sugerencias a los otros, y e) Se desencadena un estímulo cognitivo.
El beneficio principal proviene del uso de las habilidades relacionadas con las funciones ejecutivas: deducir lo que la gente está pensando, considerar el punto de vista del otro, memorizar, actualizar la información, así como controlar las conductas y emociones. Todo lo anterior lleva a una interacción cooperativa que es el foco principal de los GCP.
La metodología de los GCP, en donde se dirige la interacción colaborativa, fue desarrollada en Quebec, Canadá, por Adrien Payette y Claude Champagne como un camino para trabajar y mejorar las habilidades y capacidades profesionales a diferentes niveles utilizando la colaboración. Su aplicación ha probado no tener límites ya que actualmente es utilizada por empresas de alto nivel y entre personas que buscan un crecimiento profesional y personal de forma colaborativa, principalmente en el mundo francófono canadiense, europeo y en países de habla hispana en donde a México llega por conducto de mi colega y amiga la doctora Adriana Díaz-Berrio.
La metodología de los GCP es una sencilla pero potente sucesión de pasos en donde a través de sesiones grupales periódicas, los participantes, dirigidos por un facilitador o animador, asumen alguno de los dos diferentes tipos de roles de manera alternada: uno de cliente y otro de consultor. En sesiones de aproximadamente 3 horas, cada uno de los participantes (que idealmente son de disciplinas o áreas diferentes) siguen pasos bien establecidos:
1. El que asume el rol de cliente (cada uno de los participantes tiene su turno en alguna de las sesiones) expone un caso de índole profesional, para que los demás participantes, que asumen un rol de consultor, tengan la información inicial suficiente para comenzar a interactuar.
2. Posteriormente y como una de las fases más ricas, los consultores indagan mediante un intenso cuestionamiento sobre la información presentada por el cliente para obtener más detalles, pero sobre todo (aquí es donde viene la riqueza) profundizar sobre aquello que no se dijo pero que los consultores detectan o presienten. Justo en esta fase, que en el coaching representa una de las más importantes también, surgen muchos “insights” o revelaciones en donde el cliente piensa y puede ver fuera de la caja dándose cuenta (y en el mejor de los casos toma consciencia) de lo que está más allá de su problemática.
3. Una vez “movido” positivamente el cliente, se le pide a éste que haga una petición específica de qué quiere de los consultores. En esta etapa se verifica qué entendió cada uno de los consultores acerca de la petición porque en ocasiones también aquí se da cuenta el cliente de lo realmente está comunicando y puede rectificar lo cual lo sigue ayudando a tener claridad de su problema (lo que significa un gran camino avanzado en la solución).
4. Una vez hecha la petición los consultores definen y exponen sus propuestas al cliente, de acuerdo a sus propias experiencias profesionales y personales. Es importante comentar que el cliente no tiene que poner en práctica todas las sugerencias y comentarios, pero al final tendrá un cúmulo de información específica sobre su caso que lo ayudará a definir un plan de acción.
5. Para terminar con el caso del cliente, detonar el compromiso y puesta en acción, se le pide al cliente que defina un plan de acción inicial tomando en cuenta lo aprendido.
6. Como este tipo de sesiones tiene por finalidad detonar la inteligencia colectiva, todos los participantes comentan qué aprendieron de la sesión. Es muy interesante observar que aún y cuando el caso tratado es de otra persona, los integrantes del grupo encuentran similitudes, puntos de vista, revelaciones y otros componentes que encajan en sus propias realidades.
7. Como paso inicial de la siguiente sesión del grupo, se pide al cliente de la sesión anterior que comente cómo le ha ido con su caso, lo cual reafirma el compromiso de cada participante de avanzar y sacar provecho de la fuerza común.